
7 de julio de 2025
En menos de una semana, Arequipa ha sido escenario de dos fatales accidentes de tránsito que han dejado al menos dos fallecidos y más de veinte heridos, reavivando el debate sobre la seguridad en el transporte público y privado. Las víctimas: una cobradora de transporte urbano que murió aplastada por su propia unidad y un joven conductor que falleció tras el choque de su camioneta contra dos vehículos pesados.
Ambos hechos, ocurridos con apenas tres días de diferencia, exponen la fragilidad de los sistemas de control y fiscalización vial en la región y refuerzan una preocupante estadística: la mayoría de accidentes en Arequipa tiene como causa el error humano.
Una mañana de terror: la muerte de Gina Mozo Tito
El viernes 4 de julio, Arequipa despertó con la noticia de una tragedia en plena vía urbana. A las 8 de la mañana, un vehículo de transporte público impactó violentamente contra un poste de alumbrado en la avenida Perú, en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero. Producto del impacto, la unidad volcó, aplastando a su cobradora, Gina Mozo Tito, de 40 años, quien murió al instante.
Testigos en la zona afirman que la combi se desplazaba a una velocidad excesiva, lo que habría causado que el conductor pierda el control antes de colisionar. En total, 17 pasajeros resultaron heridos, varios de ellos con lesiones de consideración. Todos fueron trasladados al Hospital Regional Honorio Delgado, donde continúan en observación.
Lo más indignante, según los vecinos y usuarios del transporte, es que este tipo de conducción temeraria no es un caso aislado. “Todos los días vemos combis que compiten entre ellas, que se cruzan, que frenan de golpe. Era cuestión de tiempo que algo así pasara”, comentó Rosa Núñez, comerciante del sector.
La otra tragedia: choque múltiple en el ingreso a la ciudad
El domingo 6 de julio, en el kilómetro 3 de la Vía Panamericana Sur, a la altura del cruce con el kilómetro 48, se registró otro accidente de gran magnitud. Una camioneta Toyota RAV4, un bus interprovincial de la empresa Transportes del Carpio S.R.L., y un camión Volvo semirremolque colisionaron violentamente, dejando como saldo un fallecido y cinco heridos.
La víctima fue Marcelo Alberto Zambrano Valeriano, un joven de 22 años que conducía la camioneta. Según el informe preliminar de la Policía, el impacto fue tan fuerte que el vehículo menor quedó completamente destrozado y el conductor murió en el acto.
Los cinco heridos, entre ellos pasajeros del bus y ocupantes del camión, fueron trasladados de urgencia a distintos centros médicos. Las causas exactas del accidente aún están bajo investigación, aunque se presume un error de maniobra o exceso de velocidad.
Cifras que alarman
De acuerdo con el capitán José Loayza, jefe de la Unidad de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito (UPIAT), en lo que va del año se han registrado 70 accidentes fatales en la región de Arequipa, dejando un total de 79 fallecidos. En junio, se produjo un preocupante repunte: 14 accidentes con 15 víctimas mortales.
“En el 90% de los casos, la causa es un factor humano, principalmente exceso de velocidad, imprudencia y desatención del conductor. Incluso hay casos de conducción en estado de ebriedad”, precisó Loayza.
Las zonas más peligrosas incluyen Ciudad de Dios (Yura), San José y La Joya, siendo esta última el escenario de dos accidentes fatales solo en la última semana.
¿Qué se está haciendo?
Desde la UPIAT se realizan charlas de sensibilización a conductores, así como a juntas vecinales y escolares. Sin embargo, estas iniciativas son voluntarias y no suficientes frente al alto índice de siniestros. Tampoco se ha logrado una articulación efectiva entre el gobierno regional, las municipalidades y las empresas de transporte para garantizar una fiscalización sostenida.
“La prevención no puede depender solo de charlas, se necesitan sanciones reales, más tecnología de control y una cultura vial que empiece desde las escuelas”, comentó el sociólogo y analista urbano Luis Arce Morales.
¿Una crisis estructural?
Para muchas familias, los accidentes no son solo números. Gina Mozo Tito era madre de tres hijos, sostenía su hogar con su trabajo diario en una combi. Marcelo Zambrano acababa de graduarse del instituto, tenía planes de iniciar su propio negocio. Dos historias truncadas por el caos vial de Arequipa.
Los expertos coinciden: sin un plan integral de movilidad urbana, que contemple la renovación del parque automotor, mejores controles de velocidad, educación vial masiva y un verdadero reordenamiento del transporte público, los accidentes seguirán cobrando vidas.
Una ciudad en riesgo constante
Arequipa enfrenta una crisis silenciosa pero constante en sus carreteras y calles. El transporte público improvisado, competitivo y peligroso, sumado al aumento de vehículos particulares sin regulación efectiva, conforma un escenario de riesgo diario para miles de ciudadanos.
Las muertes de Gina y Marcelo no son hechos aislados, sino síntomas de un sistema que necesita cambios urgentes. Mientras tanto, la ciudad sigue avanzando… pero muchas veces, sin frenos.
Por: Daniel Huayto Ruiz