

Canon Minero: ¿Qué es, de quien depende su uso y por qué todavía no se refleja en obras para la sociedad?

Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Canon Minero, es la participación de la que gozan los Gobiernos Locales y Regionales, sobre los ingresos y rentas obtenidos por el Estado por la explotación de recursos minerales, metálicos y no metálicos. Está constituido por el 50% (cincuenta por ciento) del Impuesto a la Renta que la empresa minera tributa al Estado.
Estos recursos económicos generados por la actividad minera constituyen una importante fuente de financiamiento para los gobiernos regionales y locales, ya que deberían ser utilizados para la ejecución de proyectos importantes, que además de generar puestos de trabajo, mejoren la calidad de vida de los peruanos y peruanas, como pistas y veredas, agua y desagüe, electricidad, hospitales, escuelas, etc.
¿Quién gasta el Canon?
La cantidad de dinero que ha ingresado al Perú por este concepto ha aumentado en los últimos años, según cifras del MEF. En 2013, el país recibió 5,000 millones de soles; en 2015, 2,300 millones; en 2017, 4,700 millones; en 2019, 5,000 millones; mientras que en 2021 recibió la increíble cifra de 14,500 millones de soles.
Ahora bien, como lo reafirma el economista Franco Reynoso, son los gobiernos regionales, municipalidades provinciales y distritales los únicos organismos responsables de ejecutar obras públicas con el dinero obtenido del canon minero.
Y es que el canon se reparte así: el 10% del total de canon es para la municipalidad o municipalidades distritales donde se explota el recurso natural; el 25% para las municipalidades de la provincia donde se explota el recurso natural; el 40% para los gobiernos locales del departamento o departamentos donde se explote el recurso natural; y el 25% para los gobiernos regionales donde se explote el recurso natural, de este porcentaje las regiones deben transferir el 20% a las Universidades Nacionales de su jurisdicción.
Pobre ejecución
En el XVII Consejo de Ministros Descentralizado realizado en Arequipa en el pasado junio, el congresista Edwin Martínez reclamó por la falta de capacidad de los gobiernos locales y regionales para ejecutar obras con el dinero que reciben por canon minero. Mencionó el caso de la provincia de Caylloma, cuestionando que no se ha haya hecho nada con los mil millones de soles pagados por la empresa minera Buenaventura.
“En Caylloma se muere la gente, por el frío, por la pandemia, por la desnutrición y no tienen un hospital. Mil millones ha pagado Buenaventura y cero soles para la provincia de Caylloma, que está declarada en emergencia, donde no ha llegado la obra pública”, indicó el parlamentario.
Evidenciando una lamentable realidad respecto al uso del canon minero, dinero que debería servir a cerrar las brechas en infraestructura y servicios públicos, pero que debido a la ineficiencia y corrupción imperante en el gobierno, sirve en su mayoría para el enriquecimiento indebido a través de obras sobrevaluadas o innecesarias.
Aportes adicionales
Cabe precisar que, además del aporte que las empresas mineras brindan con el canon minero, algunas de ellas ejecutan proyectos adicionales, que buscan satisfacer necesidades urgentes de la población. En la provincia de Caylloma, Cerro Verde y Buenaventura ejecutan proyectos sostenibles, en alianza con comunidades, para mejorar la calidad de vida de los vecinos.
Por ejemplo, gracias a la construcción del Canal Huaruro, a cargo de la compañía minera Buenaventura, cientos de agricultores del distrito de Tapay, en Caylloma, se verán beneficiados, ya que contarán con agua todo el año, para desarrollar su principal actividad económica: la agricultura.
Dicha obra es emblemática para la ingeniería, y nació del dialogo y alianza estratégica entre las autoridades y comunidades de Tapay y Buenaventura, buscando beneficiar a todos los productores de los anexos de Belén, Malata, Cosñirhua, Tapay y San Juan de Chuccho.
La mega obra ya se encuentra en su etapa final de construcción, y llevará más de 140 litros por segundo a través de 15 kilómetros de tubería de fibra de vidrio y atendiendo directamente el problema de acceso de agua para riego, permitiendo duplicar la frontera agrícola en la parte baja del distrito.