

Responsabilidad emocional
Perdonar a conciencia es un acto de responsabilidad emocional y de amor para con nosotros mismos. Cuando lo ejercemos de forma auténtica nos sentimos liberados y podemos enfocar nuestras energías en proyectos más productivos que rumiar en el pasado. Dejamos de alimentar la herida y comenzamos a sanar.
Pero el perdón es un proceso complejo y también implica un aprendizaje progresivo. No implica necesariamente olvido, menos aún no reconocer el daño. Sin embargo, para perdonar y no tropezar con la misma piedra (o con el mismo tipo de piedra), sí debemos asumir qué aspectos nuestros propiciaron la situación problemática.
No quiere decir que no podamos corregir o poner límites. El perdón tiene que ver con no mantener esa lista interior de “errores” que cometió el otro (o nosotros mismos), para enrostrárselo cada vez que el ánimo se caldee. Tiene que ver con creer que estamos en un camino de aprendizaje y que nuestra forma de ser y de actuar no está tallada en piedra: que podemos cambiar y mejorar.